Infancia: construyendo cimientos saludables

En la infancia, la nutrición juega un papel crítico en el desarrollo físico y cognitivo. El DHA, un ácido graso omega-3, es esencial durante esta etapa para el desarrollo cerebral. El DHA puede contribuir al desarrollo del cerebro y puede fortalecer la capacidad de concentración, aprendizaje y memoria en los niños.

La leche materna es naturalmente rica en DHA, y se ha demostrado que los bebés alimentados con leche materna tienen un desarrollo cognitivo superior.

Si la leche materna no es una opción, los productos enriquecidos con DHA como Nutrioli DHA o suplementos específicos pueden ser considerados bajo la orientación de un pediatra o nutriólogo. Además, la introducción gradual de alimentos sólidos ricos en nutrientes, como purés de verduras y frutas, contribuye a la diversificación alimentaria y proporciona los elementos esenciales para un crecimiento saludable.

Niñez y adolescencia: nutrientes para el crecimiento y desarrollo

Durante la niñez y la adolescencia, el cuerpo experimenta un rápido crecimiento y desarrollo. Las necesidades nutricionales son elevadas para apoyar la formación de huesos, músculos y órganos. Aquí, el calcio y la vitamina D son fundamentales para la salud ósea. Los lácteos, pescados grasos y la exposición moderada al sol proporcionan estos importantes nutrientes.

En el período de la adolescencia, existe un crecimiento rápido, lo que implica un aumento en las necesidades de hierro. Alimentos ricos en hierro, como carnes magras, legumbres y vegetales de hojas verdes, deben formar parte de la dieta.

Asimismo, la consulta con un nutriólogo puede ayudar a abordar necesidades nutricionales específicas y a establecer hábitos alimenticios saludables a largo plazo.

Adultez: nutrición para la salud a largo plazo

En la adultez, la nutrición desempeña un papel clave en la prevención de enfermedades crónicas y en el mantenimiento de la energía y vitalidad. Las grasas saludables, como las encontradas en aguacates, nueces y aceite de oliva, son esenciales para la salud cardiovascular. El consumo adecuado de proteínas magras contribuye al mantenimiento de la masa muscular y la salud metabólica.

La incorporación de ácidos grasos omega-3, sigue siendo relevante en esta etapa de la vida. Se ha asociado con beneficios para la salud del corazón y la función cognitiva en adultos. Los pescados grasos, como el salmón y la trucha, son excelentes fuentes de DHA.

Además, la consulta regular con un nutriólogo puede ayudar a adaptar una alimentación balanceada según las necesidades individuales y prevenir deficiencias nutricionales o para tratar padecimientos específicos de cada persona. La atención a la ingesta de fibra, vitaminas y minerales es fundamental para mantener un sistema digestivo saludable y apoyar las funciones corporales esenciales.

Embarazo y lactancia: nutrientes cruciales para la salud materna

Durante el embarazo y la lactancia, las necesidades nutricionales aumentan significativamente. El ácido fólico es esencial en las primeras etapas del embarazo para prevenir defectos del tubo neural en el feto. El hierro y el calcio son cruciales para mantener la salud materna y el desarrollo del bebé.

El DHA también juega un papel crucial en el desarrollo del sistema nervioso del feto y el lactante. Muchas mujeres embarazadas toman suplementos de DHA además de obtenerlo de alimentos como pescados grasos, nueces, semillas de chía y Nutrioli DHA.

La lactancia materna es altamente recomendada durante los primeros meses de vida del bebé, ya que proporciona nutrientes esenciales y refuerza el sistema inmunológico del lactante. Sin embargo, en algunos casos, se pueden necesitar suplementos adicionales, y la orientación de un nutriólogo o pediatra.

Adultos mayores: nutrición para la longevidad

A medida que envejecemos, nuestras necesidades nutricionales cambian. La salud ósea sigue siendo una prioridad, por lo que el calcio y la vitamina D son fundamentales. La proteína también es crucial para prevenir la pérdida de masa muscular asociada con el envejecimiento.

El DHA, una vez más, destaca como un componente esencial para la salud cerebral. Se ha relacionado con la reducción del riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Es importante incluir en la alimentación de adultos mayores los pescados grasos, nueces y aceites de semillas son buenas fuentes de este ácido graso omega-3.

Además, la ingesta adecuada de antioxidantes a través de frutas y verduras puede ayudar a contrarrestar el estrés oxidativo asociado con el envejecimiento. La consulta regular con un nutriólogo puede ayudar a
ajustar la alimentación para satisfacer las necesidades específicas de los adultos mayores y abordar posibles deficiencias nutricionales.

La nutrición es esencial en todas las etapas de la vida. Desde la infancia hasta la vejez, cada fase requiere una atención específica a los nutrientes clave.

El DHA destaca como un componente esencial para el desarrollo cerebral en la infancia y la salud cerebral a lo largo de toda la vida. La consulta con un nutriólogo ofrece orientación personalizada, asegurando que cada individuo obtenga los nutrientes necesarios para una vida saludable y plena.

Al cuidar la nutrición en cada etapa, no solo promovemos la salud física, sino también el bienestar emocional y cognitivo, contribuyendo a una vida más larga y saludable para toda la familia.

Fuentes:
Nutribiótica: https://nutribiotica.es/embarazo-y-pediatria/omega-3-ninos/
Anales de pediatría: https://www.analesdepediatria.org/es-importanciadel-acido-docosahexaenoico-dha–articulo-S1695403310002122
Federación Mexicana de Diabetes, A. C.: https://fmdiabetes.org/dha-memoria-episodica/
Gobierno de México: https://www.gob.mx/issste/articulos/alimentacion-en-las-diferentes-etapas-de-tu-vida?idiom=es
Aprende Institute: https://aprende.com/nutricion-en-diferentes-etapas-de-la-vida/